El Festival de Cine Europeo de Sevilla mira a Asturias
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El SEFF14 acogerá el estreno nacional de ‘Equí y n’otru tiempu’, del polifacético Ramón Lluís Bande, que visita los espacios donde fueron asesinados más de100 maquis en los montes asturianos; y ‘ReMine, el último movimiento obrero’, del periodista Marcos M. Merino, que se acerca al corazón de la lucha de los mineros

Sevilla, octubre de 2014.- El XI Festival de Cine Europeo de Sevilla, que se celebra del 7 al 15 de noviembre, convierte un año más a la ciudad andaluza en la capital de “ese otro cine español”, el de las nuevas y arriesgadas propuestas de los nuevos valores nuestro cine. Y lo demuestra incluyendo en su programación, año tras año, los últimos títulos de nuestra nueva cinematografía. Como ya hiciera en años anteriores al estrenar cintas como Mapa, de León Siminiani (Premio Nuevas Olas No Ficción y nominada al Goya), El futuro, de Luis López Carrasco, o La jungla interior, de Juan Barrero (premio Nuevas Olas), el certamen sevillano ha incluido en su programación dos películas que se enmarcan dentro de esta línea. Dos filmes producidos y rodados en Asturias que miran al pasado, el presente y el futuro de esta tierra y que ofrecen miradas a realidades muy concretas. Las dos cintas están incluidas en la sección Nuevas Olas No Ficción, que refleja las posibilidades ilimitadas y multiformes del cine de no ficción.

La primera de las películas es Equí y n’otru tiempu (2014), en la que, con un planteamiento de rigurosa estructura e imperturbable sobriedad, Ramón Lluís Bande trae a la pantalla una historia hace tiempo escondida en los montes asturianos: la de la resistencia armada (maquis o fugaos) que perdió la vida en combate y resistencia. En palabras de su director, “la película pretende ser un desplazamiento del documento al monumento cinematográfico” con el registro en presente, entre 2013 y 2014, los espacios donde fueron asesinados los principales nombres de la Agrupación Guerrillera Asturiana entre 1937 y 1952. En concreto, el equipo recorrió durante un año 34 espacios justo coincidiendo con el día en el que años antes se produjeron los más de 100 asesinatos. “Queríamos recuperar esos espacios y devolverles el significado que deberían tener”, afirma Bande, que defiende que la película plantea “una reflexión no sólo de memoria histórica sino también sobre el presente, la base sobre la que se hizo la Transición, los olvidos, la amnesia programada…”.

Periodista, dramaturgo, escritor y compositor, como cineasta Ramón Lluís Bande (Gijón, 1972) se mueve entre el videoclip, la pieza audiovisual y el documental. Responsable de varias series documentales para la Televisión del Principado de Asturias, en Equí y n’otru tiempu Bande hace un inventario escalofriante, con nombres fechas y circunstancias, de las muertes de los rebeldes con sobrecogedora elegancia e inquebrantable rigor. Una suerte de álbum de imágenes ausentes de los caídos en combate que arroja luz a una parte de la historia reciente aún en sombras. Las huellas invisibles de lo que ocurrió, y que sólo el cine es capaz de desenterrar. “Durante el rodaje, cada vez que visitábamos un pueblo, siempre había alguien que nos acompañaba o que había estado allí, y nos lo contaba no como algo pasado, sino como un recuerdo con mucho peso, muy vivo”, asegura Ramón Lluís Bande.

La segunda cinta, ReMine, el último movimiento obrero, se acerca a la huelga de los mineros asturianos en 2012 en protesta a los recortes del Gobierno. La novedad radica en que su director, el periodista Marcos M. Merino, pone el objetivo en lo que podría llamarse el corazón de la lucha obrera. Para el cineasta gijonés, “los mineros asturianos son todo un mito en este país y ésta es una película sobre los seres humanos que habitan las cuencas mineras asturianas, que son gente con un planteamiento emocional diferente. Es una película sobre por qué son así, qué los diferencia, cómo son capaces de movilizarse de esta manera… demostrándolo con hechos”. No en vano, el equipo pasó varios meses conviviendo con los mineros antes de que estallara el conflicto: “Nos fuimos a vivir desde Madrid a las Cuencas Mineras para tratar de entender ese mundo y por qué se había producido esa transformación en la comarca”.

El documental, que se podrá ver en el Centro Niemeyer de Avilés el 16 de noviembre, se acerca, desde un punto de vista nada invasivo, a los mineros, para que el espectador saque sus propias conclusiones. “Es un ejercicio de reivindicación del colectivo, de la gente, por encima de los sindicatos, de los políticos… En la película hay decenas de personajes pequeños que entran y salen para crear un personaje colectivo”, asegura Merino, cuyo trabajo es “una historia universal sobre la dignidad de los trabajadores, una invitación a participar en un universo prácticamente desaparecido en Europa, de ahí lo del ‘último movimiento obrero”.

Marcos Martínez hace doblete en el Festival de Cine Europeo de Sevilla y en la sección, aunque fuera de concurso, con el cortometraje A noite é necesaria, una historia documental sobre el contraste entre las emociones del día y la noche en un escenario desconcertante. La pieza plantea un juego de contrastes de imágenes y sonidos para ver cómo afecta la llegada de la noche a los humanos y a un lugar concreto: el antiguo astillero que albergó las fiestas nocturnas de la Semana Negra de Gijón en 2014.

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